La
clase de educación artística del pasado Lunes día tres, fue sin duda mágica y
especial. La distribución del tiempo fue de lo más acertado posible y los
acontecimientos fluyeron en función de las necesidades de cada momento.
Entré
en el aula tímida y dubitativa (cosa
extraña en mí, pues suelo ser bastante lanzada y habladora), yo misma me notaba
retraída y callada y me resultaba incómodo, pues no es la postura que suelo
adoptar. Fue entonces cuando realizamos la asamblea en la que, como cada lunes,
se nos permitía expresar a nuestros compañeros y profesora aquello que quisiésemos
o nos inquietase. El hecho de hacer una asamblea es más importante de lo que
parece a simple vista pues los integrantes del grupo (clase), tienen la
oportunidad de expresar aquello que deseen sin coacciones ni reproches, lo cual
aprovechamos en ocasiones, pero no siempre.
Tras
la asamblea comenzamos con el taller de plastilina, en el cuál debíamos moldear
el material y crear una o varias figuras
tridimensionales, que representasen a uno
o varios objetos que hubiesen aparecido en nuestros sueños de forma repetida.
En mi caso elegí hacer un ojo que permanece inmóvil en un muro y un reloj cuyo
tic tac es más fuerte que cualquier sonido. (No muestro aún las fotografías de mi figura de plastilina).
(Dibujo realizado en el taller de sueños, sobre el que se ha hecho la figura de plastilina)
Es
cierto que, en mi caso, he tenido muchos sueños buenos pero tal vez los malos han tenido más peso por el
terror que me transmiten y la sensación de ahogo que siento al despertar de
repente.
Así pues, el ojo representa la manera en que me siento observada en
cada pesadilla, ya que en todas ellas aparece un primer ojo y tras él muchos
otros sin que se pueda percibir ningún rostro o cuerpo, lo cual me aterroriza
más aún pues pienso que no tiene características humanas y que por tanto seré
incapaz de hacerles frente en caso de que pretendan algo malo. Son estos ojos
los que me llevan a correr más de lo que puedo controlar y a hacerme parar en
seco encontrándome con un acantilado.
El hecho de llegar al acantilado me hace toparme dos salidas: si continúo probablemente muera (ya que en el fondo hay
tiburones y muchas rocas) y si retrocedo los ojos podrán llegar a mí y tengo
demasiado miedo para poder enfrentarlos. Es terrorífico encontrar dos posibles
soluciones y que en ninguna te puedas salvar, es como ver un abismo absoluto sin
retorno. Todo es muy real, comienza cuando el fuerte ruido de las agujas del
reloj no cesan de atormentar mi cabeza con su tic-tac, de hecho el ruido se
vuelve tan insoportable que me hace levantar de la cama y abrir la puerta de la
habitación, siguiendo el fuerte ruido del reloj. Es cuando abro la puerta
cuando veo los ojos de los que hablaba antes y cuando transcurre ese desenlace
fatal. Volviendo al acantilado y a las
dos posibles vías de escape ante esos enormes ojos que me persiguen sin cesar; cuando
me decido a enfrentarme a los perseguidores y desechar la idea de lanzarme al
agua, aparece la misma puerta de mi habitación por la que había llegado a aquel
lugar y es entonces cuando yo o mi sombra me empuja a mí misma al vacío o al
agua (pues al caer se ve todo oscuro y terrorífico). Finalmente cuando choco
con una de las puntiagudas rocas, despierto agitada y con la respiración
entrecortada.
Tal
vez este sea el sueño más complicado que haya tenido desde que en Febrero
comenzase a escribir mis sueños, sin embargo se ha repetido tantas veces que ha
pasado a formar parte de mi día a día.
Me
resulta difícil contároslo, pues me parece algo raro e íntimo pero creo que de
esta manera será más sencillo para mí comprender el por qué se repite tanto la
misma secuencia.
He tratado de asociar con mí día a día los hechos que en el
sueño ocurren y hay pequeños detalles con los que he podido asociar algunos
elementos, sin embargo, me cuesta entender mucho todo lo que en él ocurre.
Es
evidente que lo más perturbador para mí en esos momentos son los ojos y el
reloj, mientras que los tiburones (que me dan pánico) pasan desapercibidos ante
mis otros temores.
(Dibujo de la primera parte de mi sueño)
(Dibujo de la segunda parte de mi sueño)
A pesar de la continuidad de este sueño, el hecho de llevar
día a día la anotación de todo aquello que recuerdo sobre lo que he soñado, me
está permitiendo comprender más cosas de las que pensaba. Ahora creo que los
sueños son más que eso, pues siento estar conectada con ellos a cada momento y
aunque a veces no tenga el control, en muchas ocasiones siento tenerlo porque
comprendo que es lo que pasa por mi mente cada vez que duermo.
Tras estas
experiencias ocurrió algo mágico dentro de mí en dos ocasiones: Cuando abrimos
nuestros chacras y cuando subimos al escenario de la obra teatral del pasado
lunes.
En
primer lugar, no dejo de pensar en el momento en que la profesora nos brindó la
oportunidad, no solo de hablarnos sobre el significado de cada chacra, si no de experimentar y sentir así una infinidad de cosas nuevas. La confianza que todo el
grupo transmitía en esos instantes fue fundamental para realizar aquél
espectacular y nuevo momento. Recuerdo la sensación que sentía en cada extremidad de mi
cuerpo, la fortaleza inicial y la vulnerabilidad durante el proceso: mis brazos
parecían plumas y el aire hierro, que las hacía moverse, mis piernas se iban
debilitando a cada segundo haciendo muy difícil que mi cuerpo se sustentase en
ellas. Fue sin duda una experiencia única que me hizo sentir renovada y cargada
de emociones positivas.
Realmente me sentí un poco “tonta” en un principio por
sentir todo aquello pues tal vez, a experiencia no era “para tanto” pero hablar
con alguna compañera sobre ello terminada la clase, me ayudó a conocer que
algunas otras personas también se habían sentido como yo.
Por
otro lado cuando el otro día subimos los cuatro compañeros al escenario, tras
finalizar la actuación, sentí confianza de estar rodeada de ellos y por otro
lado hubo un momento en que perdí el control y pensé que mis piernas serían
incapaces de sujetarme y que caería al suelo, me costó mucho concentrarme en un
principio y después mucho en volver a estar como antes.
Sin duda una
experiencia para repetir (Como habréis podido observar, mis dibujos son bastante malos y muchas veces me cohíbo a mi misma porque soy consciente de ello, pero consideré que si dibujaba algunos de los detalles que aparecían en mi sueño, me resultaría más sencillo).
Con
respecto a la performance teatral, comenzada
a las cinco y media de la tarde, me resultó algo diferente que nunca
antes había visto.
Hubo un momento en que me emocioné enormemente y me sentí
identificada, cuando todas las mujeres se pusieron de cara al público y
mostraron una furia desgarradora de las que nos hacían de manera indirecta participes
a todas las allí presentes.
A pesar de que no a todo el mundo le resultó una
buena obra y que recibió alguna crítica ya llegado a la clase, creo que la
mayoría de propuestas o proyectos que se
muestran en un principio a otras personas resultan extrañas y poco aceptadas.
En mi caso, me transmitió una cantidad de emociones muy diferentes, y me
permitió conocer una forma nueva de hacer teatro.
Bien es cierto que había
bastantes cosas que podrían modificarse, como que por ejemplo se notaba quien
era la persona que dirigía la obra.
(Comienzo de la permormance teatral)
(Parte final de la performance teatral)
Sobre
todo me quedo con tres cosas de la obra teatral, que son: el grito de la mujer,
la inclusión social y el desnudo. Y me veo en la necesidad de hablar del “desnudo”
como una forma de libertad de la persona y de la búsqueda de la naturalidad y
la espontaneidad, pues la mujeres se quedaron en sujetador y no hicieron un
desnudo íntegro. Con esto último me refiero a que tal vez el sujetador sea una “cárcel”
más que nos impide estar cómodas y naturales y nos deja marcas y rojeces en la
piel, además de saber que los aros de los sujetadores favorecen la aparición de
bultos en las mamas.
De nuevo vemos que los pechos firmes y realzados son “sexys”
y que por tanto se vería como algo extraño o incluso violento ver a una mujer
sin sujetador, cuando en un hombre se ve como algo normal, y yo me pregunto ¿Qué
diferencia hay entre un pecho de mujer y un pecho de hombre?, en la mayoría de
casos es de mayor volumen el de la mujer, sí, pero ¿No se debe eso al hecho de
que las mamas femeninas han de alimentar a los bebés?
En la mayoría de casos es
el paso de la niñez a la adolescencia en el que las niñas comienzan a llevar
sujetador, aunque no tengan mucho pecho, y esto lo hacen como un símbolo de
madurez que las hace sentirse “más mujeres”, otro hecho terrible por el que
hemos pasado todas, asimilándolo como algo normal. Tal vez esto pueda parecer una exageración, sin embargo, para
mí el hecho de que una mujer muestre parte de su cuerpo significa valentía y superación
de los estereotipos y normas marcados por la sociedad.
Por todo ello para mí el
hecho de que las actrices se quitasen las camisetas fue un símbolo de
fortaleza.
También necesito poner de relieve la importancia o coincidencia de que justo la profesora fuese caracterizada de "icono de mujer luchadora", justo antes de ver la representación teatral y la fuerza de aquellas mujeres.
(Fotografía tomada en el aula)
Finalmente
no pude quedarme hasta que la clase terminase pero el hecho de disfrutar de
todos aquellos momentos hizo de mi lunes un comienzo de semana diferente y
lleno de positivismo y reflexión.
Espero
que os haya gustado que contase en primera persona como viví tantas
experiencias nuevas, tanto positivas como negativas y que el miedo a abrirnos a
los demás desaparezca.
Cristina Díaz Pescador