Tras la clase del día seis de marzo, no dejó de venirme a la cabeza la idea de los
arquetipos del ánima y animus y que sí es cierto que, en mi caso tengo una parte masculina que
aparece sobre todo en mis sueños. Considero
que hoy es un día idóneo para hablar de esta inquietud que a veces me persigue
en sueños, puesto que como cada ocho de marzo, hoy es El día internacional de
la mujer y lo considero un día de
reivindicación por todo aquello que aún tenemos que conseguir entre todos, en
cuanto igualdad y derechos.
En mis sueños observo que en ocasiones reacciono con
una actitud más dócil, cariñosa, tierna o dispuesta y en otras ocasiones es la
fuerza, la furia y la indiferencia lo que me hace actuar. Cuando me despierto y
analizo los sueños me llama la atención que en la mayoría de ellos me siento
como algo muy pequeño, en medio de un laberinto lleno de obstáculos que me
impiden avanzar mientras veo a mi lado, a personas que si avanzan y no han de
esquivar obstáculos. Es un gran símil de
lo que ocurre en el día a día, puesto que todos los días estamos rodeados de
actos machistas o de micromachismos que parecemos incorporar en nuestras vidas
como algo normal. Me aterroriza pensar que vivimos un progreso inexistente en
el que el machismo sigue predominando sobre la igualdad y que nos avisa de que “no
hay escapatoria” con las continuas muertes por violencia de género, estar
objetualizadas, vestir y comportarnos de una determinada forma… Cómo bien
hablamos el otro día, ¿Es peor llamar a una mujer fea o tonta?
Esa carga constante que llevamos a la espalda pesa
tanto que a veces nos rendimos y frente a actuaciones injustas, decidimos
callar por el agotamiento de que no puedan llegar a comprender la situación, no
pecaré de hipócrita ni mentirosa pues yo también me he llegado a vestir,
maquillar e incluso comportar en base a las reglas que se dicta a la mujer para
gustar a un hombre. Es triste pensar que tras cada campaña, slogan o noticia la
realidad seguirá siendo la misma y que poco nos ayudamos entre nosotras, pues
tenemos tan interiorizado como hemos de ser para ser “mujeres de verdad o
completas”. Si no eres elegante, guapa, recatada, sexy, madre y ordenada entre
otras cosas, entonces te has salido de la norma y no eres una mujer realizada.
Pero como hablábamos el otro día el concepto de la mujer se ve como dos polos
opuestos, parecido al ying y el yang, o eres” virgen” o eres ”prostituta” sin
que haya un término medio entre ambas, como si para estar casado un hombre
tuviese que estar con el prototipo “virgen” y verse a escondidas con el
prototipo “prostituta”.
La infidelidad, desde siglos atrás, ha sido visto en
hombres como algo normal pues “tienen necesidades” y en mujeres, sin embargo,
castigado hasta con pena de muerte, aún hoy en día en muchos países.
Qué podemos esperar de una población que no es
educada en la igualdad y que en sus casas, como mucho escuchan que los padres “ayudan”
a las madres a hacer algunas tareas, como si ellas naciesen con una fregona y
unos pañales debajo del brazo.
Precaución a la hora de referirte al feminismo, pues
los demás te dirán que es una postura radical que pretende hacer desaparecer al
hombre, cuando es el machismo el que mata cada día a la mujer. Es pues la desinformación
lo que muchas veces hace que la gente tema a las personas, mujeres y hombres,
feministas que pretenden la igualdad de ambos sexos. También hacen mofa de las
personas feministas denominándolas “feminazis”, desbancando la igualdad que se
promulga y haciéndonos ver a las mujeres
cómo radicales y que exigimos más de lo que podemos recibir.
Trataré de ser más breve, pues podría escribir
páginas con este tema, ya que hay demasiadas cosas que tratar en él. Mencionaré
brevemente los recursos económicos que el estado destina a la protección a la
mujer, campañas y demás, y es que éste presupuesto se ha ido reduciendo
progresivamente hasta el día de hoy, como si durante la crisis económica la
violencia de género fuese a volatilizarse por arte de magia. En el ámbito
judicial la cosa no cambia mucho, hay falta de protección y medidas poco duras
para los agresores.
Continuando con lo que iba; las redes sociales
mismamente parecen auténticos catálogos en los que muchos de los espectadores
no dudan en reclamar aquello que ven y les gusta, estrecha si te niegas, suelta
si accedes. Los calificativos sobre nuestra persona no cesan, hagamos lo que hagamos
estamos condenadas a ser.
Por otro lado he de decir que ésta situación de
desigualdad es desencadenada por las acciones de mujeres y de hombres. Ni son
sólo los hombres los causantes, ni todos son machistas y con respecto a ello,
he de decir que hasta el momento he conocido a más mujeres machistas que
hombres. Por tanto pongo de manifiesto mi desacuerdo en cuanto a las
generalizaciones tanto en hombres como en mujeres.
Finalizaré diciendo que el miércoles de la semana
pasada hablé con una mujer de otra cultura y tradiciones, y me dijo que en su
país nacer niña suponía un lastre para la familia y que cuando era un niño el
que nacía, significaba la bendición.
Una vez más me entristece haber quitado protagonismo
a la fortaleza de la mujer, en el que es su día, y haber puesto el punto de
mira en todo lo que sufrimos pero era una manifestación que veía necesaria.
Cristina Díaz Pescador
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