El
grupo emocionArte se vistió de rosa el pasado lunes 27 de marzo, haciendo que una
de las porciones de la mesa se cubriesen de alegría y optimismo. Lo cierto es
que las integrantes de este grupo suelen ser alegres, pero el pasado lunes no
cesaban los cánticos, sonrisas y complicidad en el grupo rosa de emocionArte.
La experiencia vivida, resultó sin duda una de las mejores de la carrera de
magisterio infantil, pues pudimos vivir en nuestras carnes momentos de
auténtica unión entre compañeros y aceptación de colores. Muchos de los acontecimientos ocurridos fueron inesperados.
La presencia de la alegre y estupenda Rita alegró cada momento de ese festival
de colores y comida y la llegada de la perrita, que correteaba cariñosa por la
clase, no hizo más que endulzarnos la tarde.
(Fotografía tomada en clase)
Desde el inicio de la clase el
ambiente cálido y amistoso hizo que sintiésemos estar en un espacio acogedor y
distinto del de una clase cualquiera, haciendo que nuestras ideas fluyesen a
borbotones y que las ganas de participar aumentasen. Finalmente se nos hizo
corto el tiempo y llegada la hora de marcharnos, nos resultó difícil dejar ese
espacio de tranquilidad y felicidad en el que se había convertido el aula y los
compañeros.
(Fotografía tomada en la Facultad de Educación de la universidad Autónoma de Madrid)
Pero... ¿Qué significado tiene el rosa?
Socialmente
hablando, el color rosa es
visto y considerado (por la mayoría de personas, no por todo el mundo) como un color cursi y repipi y por desgracia suele ser
asociado a la debilidad o a los famosos cuentos de hadas y princesas.
Si nos fijamos bien, la mayoría de las princesas que
aparecen en los cuentos populares visten un vestido rosa y sí a día de hoy,
miramos los catálogos de juguetes, sobretodo en la campaña de navidad se
observa esa diferenciación que hacen las empresas separando el rosa (para
niñas) del azul (para niños). No ahondaré en este último tema pero es evidente
que a los niños les es igual el color de los juguetes, pues su única intención
es disfrutar y jugar con otros niños, pero finalmente las opiniones del adulto
o más bien de las creencias culturales llevan a estos pequeños a asimilar que el
color rosa “es de niñas” y que por tanto es preferible que no se asocie a
ellos. Tal vez resulte exagerado pero este tipo de diferenciaciones en las que
ya asociando un color a un sexo, el sexo opuesto repele dicho color, hace que
los niños consideren poco a poco y en función de las reglas sociales que se les
van introduciendo, que es un color inferior a otro como pudiera ser el azul y
que por tanto; los juguetes que pertenecen a esa categoría, es decir las
muñecas o las cocinitas, también son menos importantes que los coches o los
bloques de construcción.
Así pues considero, que es debido a los valores que
transmitimos los adultos, que los niños cambien su forma “neutral” de pensar y
comiencen a ver diferencias entre niñas y niños en cuanto a capacidades se
refiere. Es evidente que “no somos iguales” porque cada persona es diferente
del resto, pero todos hemos de ser vistos como personas capaces de desempeñar
cualquier actividad. Con todo esto quiero decir
que no debemos decirles a los más pequeños a que deben jugar y a que no, ni
delimitar que las muñecas han de ser para ellas y los coches para ellos. Por
otro lado no considero que sea una “casualidad” que sean a las niñas a las que se las asocian los juegos más
relacionados con el hogar, como: los bebés, las muñecas, las ropas, las
fregonas, las cocinitas o los juegos de tazas. Resulta terrorífico pensar que
se predispone a un sexo determinado desde pequeño a tener que realizar en un
futuro unas tareas determinadas que están relacionadas al hogar, dando por
hecho que hay que acostumbrarles a cuidar a un bebé o a hacer la comida. Todos
estos artilugios suelen ser rosas, haciendo que el color tome un significado
concreto, una vez más influido por la sociedad.
Por otro lado a los niños se
les asocian juegos de destreza, inteligencia o peleas, los que están
científicamente probados como juegos que desarrollan mejor sus capacidades de lógica y
de movimiento. Es decir, llegados a una cierta edad los niños eligen los
juguetes que quieren dejándose llevar por los prejuicios que los adultos hemos
ido introduciendo en sus vidas y no los eligen como en un principio, en el que
se dejaban llevar por aquello que más les llamaba la atención.
(Fotografías de la empresa de juguetes ToysRus)
Ahora bien, el rosa no es solo conocido por esta
diferenciación de juguetes que apreciamos a diario sino que se asocia a una de
las mayores causas de lucha de la mujer: La lucha contra el cáncer de mama.
Muchos hombres y mujeres llevan lazos de color rosa para apoyar esta lucha y
para aplaudir la dura batalla a la que muchas mujeres vencen cada año. También,
éste color representa un símbolo de feminidad, aunque antiguamente era un color
asociado a la figura masculina, pues se pensaba que era el color de mayor
fortaleza.
(Fotografía obtenida de, La Prensa, 2 de octubre de 2014)
(Fotografía obtenida de, La Prensa, 2 de octubre de 2014)
Es un color que transmite bienestar y que lo vemos
representado en: el amor, el cariño, la maternidad o la alegría.
Por lo general a las personas mayores se les suelen
regalar prendas de color oscuro, asemejando ese color a su edad, pero la mayor
parte de estas personas prefieren vestir prendas rosas o más claras porque les
aporta mucha tranquilidad y reduce el estrés, haciendo que se sientan un
poquito más jóvenes.
Cambiando de tercio y finalizando, hemos de recordar
que el rosa es utilizado también para denominar la famosa “prensa rosa” o
prensa del corazón, en la que se tratan temas privados de personajes públicos.
Cristina Díaz Pescador
Cristina Díaz Pescador
Gracias Cristina, la vibración del rosa empodera mucho, es muy positiva, el día que me vestísteis de rosa me sentía genial
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