¡Buenas mis queridos Emocionartes!
A raíz del taller que realizamos el lunes 6 de Marzo sobre el contenido
emocional de los sueños, pudimos reflexionar y expresar como nos habíamos sentido
al elaborar nuestras creaciones. Lo cierto es que para realizar este taller
teníamos que dejarnos fluir, sin hacer uso del pensamiento, simplemente dejando
la mente en blanco para plasmar sobre el papel las emociones que habíamos
sentido en nuestro sueño.
Después de esta experiencia, he de decir que personalmente me resultó muy
difícil dejarme llevar, pues a cada paso que daba, cada acción que realizaba,
como por ejemplo la elección de un color o los materiales que iba a utilizar, el trazo sobre el
papel se volvía recto, configurando líneas y “trazos perfectos” con giros que
simulaban formas circulares, las cuales tenían sentido para mí, pero para el
resto serían formas irreconocibles. En esencia, se trataba de que fuera
un dibujo abstracto.
Pilar, que estuvo observando todo el proceso, me comentó que al elaborar mi
propia creación estaba pensando, pues las líneas rectas o los trazos perfectos
desenmascaraban y dejaban relucir el uso que había hecho del pensamiento. Bien
es cierto que no pensar a la hora de expresar algo resulta sumamente complicado, pues en este caso, el hecho de crear algo que parte de
una emoción que se ha sentido en un momento dado, como en un sueño, ya hace que
pienses en la propia emoción, en los colores que aparecían o que tu asemejas a
la misma.
Con ello, quiero mostrar que no siempre es fácil dejarse llevar, pues como
bien dijo Pilar: "desde que somos pequeños nos enseñan que tenemos que ser
perfectos, que no debemos salirnos de los trazos establecidos"... de las líneas de
los típicos dibujos que nos ponían para que coloreásemos, de las fichas de
caligrafía en las que el soporte era estrecho y no podíamos salirnos de esas
dos líneas que encarcelaban nuestra capacidad de expresión, ya que no podíamos torcernos. Todo ello ha propiciado que no nos mostremos como realmente somos,
pues siempre se ha buscado que seamos competitivos tanto con nosotros mismos
como los unos con los otros…siempre pensando en que tenemos que hacer las cosas
bonitas sin dejarnos fluir, independientemente del resultado.
Creo que en ello está la clave, pues considero más importante el proceso
que el resultado en sí. Durante el proceso recopilamos elementos, analizamos y
confeccionamos aquello que posteriormente expresaremos, cada uno de manera
distinta. Hoy en día, por desgracia, la educación actual, sobre todo en etapas
como educación primaria y educación secundaria, se centra generalmente en los
resultados, en las calificaciones, tratando a los alumnos como si fueran
sujetos a los cuales una puntuación o un número, califica incluso la calidad de
las personas que son, dejando a un lado el ámbito emocional, el cual es
sumamente importante pues no somos máquinas, somos seres pensantes que sienten
y padecen, en los que las emociones se encuentran a flor de piel.
El ámbito emocional está íntimamente relacionado con el éxito académico,
pues se necesita proporcionar una buena educación emocional para poder así
fomentar el desarrollo de las propias habilidades y talentos con el fin de
lograr buenas personas, felices, con autoestima y seguridad en sí mismas para
poder expresarse con libertad sin temor al que dirán.
En esencia, me gustaría transmitir lo que en esta ocasión me ha aportado la
asignatura de educación artística, en la cual me he dado cuenta que
a través de este taller hemos dejado al descubierto todos esos miedos, el temor a equivocarnos, esas
inseguridades por el que dirán, esa búsqueda de aceptación por parte de los
demás reflejada mediante nuestro dibujo…nuestra creación.
Esto me ha llevado a pensar en que tenemos que intentar dejar esos miedos que
nos alejan de nuestro propio yo, para poder sacar todo lo que podemos dar a
conocer cada uno de nosotros a través de los distintos ámbitos que abarca
el arte.
Para concluir, creo que no solo como futuros profesores si no como personas
que formamos parte de la sociedad, las cuales quizás tengan hijos, a los cuales guiaran, deberíamos pensar más en el bien de los niños, en dejar fluir su
creatividad, su imaginación, dando lugar al desarrollo de su capacidad de
creación, sin condicionantes, sin delimitar los espacios en los cuales tenga
cabida su forma de expresión, sin restricciones, sin poner barreras a su
talento, sin juzgar sus creaciones como si fuéramos la única verdad, pues algo
puede ser arte en función de los ojos con los que se mire...
Foto propia tomada en Noruega en 2016, Símbolo de los distintos puntos de vista en relación al arte |
Sara Sánchez-Pascuala Sanz
Sara estoy muy de acuerdo, creo que lo mejor del taller fue que buena parte de la clase se dio cuenta hasta qué punto estaba afectada por la educación recibida toda la vida y esa castración de la verdadera fuente
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